El embarazo y el consumo de lácteos

El embarazo es uno de los momentos más importantes en la vida de una mujer. Los cuidados que su salud requiere en esta etapa están casi todos ligados a una correcta alimentación adaptada a las necesidades del feto. Muchas veces estas necesidades generan dudas y muchas mujeres tienen miedo a la ingesta de determinados alimentos.


El primer consejo y más importante, es seguir siempre los consejos nutricionales que paute el médico o la matrona, ya que siempre estarán adaptados a cada caso particular.


Durante el embarazo, las necesidades de calcio se ven incrementadas y los requerimientos ascienden de 800 miligramos al día que una dieta normal necesita a 1000 miligramos al día. Esto equivale a unas 4 raciones de productos lácteos.


No nos podemos olvidar de que los productos lácteos no sólo aportan calcio, también una serie de nutrientes muy beneficiosos para la salud durante el embarazo y la lactancia.


El único requisito que deben de tener los productos lácteos para que sean consumidos por las embarazadas es que estén pasteurizados. Por supuesto, todas las leches de Gaza son aptas para el consumo de embarazadas. Puede tenerse en cuenta que la leche de oveja es el doble de rica en calcio que la leche de vaca y tiene cantidades muy superiores de proteínas, calcio, fósforo, etc.


También durante la lactancia hay que cuidar la dieta para garantizar la correcta alimentación del bebé. Durante este periodo, se necesita un aporte de calcio de 1200 mg/día, ya que el recién nacido retiene un total de unos 30 g de este mineral. Además, la producción de leche requiere una elevada ingesta de líquidos.


No nos olvidemos de que lo más importante de este momento es disfrutarlo y cuidándose la mamá cuidamos el bebé.