LA LECHE Y LA INFANCIA

Durante al menos los dos primeros años de vida, se recomienda la lactancia materna para los bebés por ser el alimento nutricionalmente más adecuado para ellos.
A partir de los 6 meses se iniciará la alimentación complementaria y la diversificación de alimentos.

¿Cuándo se introduce la leche de vaca?

En los niños que no tomen lactancia materna, la leche entera de vaca se podrá introducir a partir de los 12 meses de vida.

¿Y qué cantidad de leche se recomienda?

Unos 500 ml de leche.

¿Qué tipo de leche es la más adecuada?

La leche entera de vaca es la recomendable en los menores de 2-3 años ya que tanto la leche desnatada como la semidesnatada al llevar menos grasa, también tienen menos vitaminas liposolubles.

¿Qué nos aporta la leche?

La leche nos proporciona unas 60-65 kcal por cada 100 ml.

Dentro de los componentes de la leche están las proteínas (como la caseína) y aminoácidos esenciales, los hidratos de carbono (como la lactosa), las grasas, el calcio y el fósforo, vitaminas sobre todo A, D cuya función es aumentar la absorción de calcio y fósforo, vitamina E, vitaminas del grupo B (B1,B3, B5, B6, B9 o ácido fólico y B12 ) y también zinc.

Las proteínas son importantes porque a partir del segundo año de vida se produce una desaceleración del crecimiento con respecto a la época de lactante y aumenta la masa muscular y el depósito mineral óseo, por ello, es necesario un adecuado aporte de proteínas siendo las proteínas de origen animal las de mayor calidad, tanto por su contenido en aminoácidos esenciales como por su mayor digestibilidad. Además, el calcio y fósforo son necesarios para la formación ósea y del esmalte dentario. El depósito mineral óseo es muy importante en la adolescencia porque será donde se iniciará la formación del pico de masa ósea y cuanto mejor sea este pico menor será la incidencia de osteoporosis en un futuro.

¿Qué cantidad de calcio deben tomar los niños?

Las necesidades de calcio en los niños de uno a tres años son 500 mg al día, de 3 a 8 años de unos 800 mg al día y de 9 a 14 años unos 1300 mg al día, que estarán cubiertos con la ingesta de 500 ml de leche o derivados, siendo necesaria una cantidad un poco mayor en la adolescencia.

La leche de oveja. Otra opción.

Otra opción muy recomendable es la leche de oveja tiene más cantidad de grasa y proteínas que la de vaca y también más calcio, mayor contenido en vitamina D y vitamina B12.

¿La leche produce mocos?

No, hasta el momento actual no existen datos científicos que relacionen de manera directa el consumo de leche con el aumento de la mucosidad ni con las crisis de asma.

Intolerancia a la lactosa

La intolerancia a la lactosa no es lo mismo que la alergia a las proteínas de la leche de vaca.

La lactosa es el azúcar de la leche que se fragmenta por unas enzimas llamadas lactasas que existen en las células del intestino en concreto en el borde en cepillo de estas células y dividen la lactosa en glucosa y galactosa para que se puedan absorber correctamente.

En la alergia a las proteínas de la leche sin embargo el sistema inmune reacciona frente a las proteínas de la leche y no frente a la lactosa.

Cuando existe una intolerancia a la lactosa cómo no se puede fragmentar, ésta llega al colon donde es fermentada por las bacterias intestinales causando grandes cantidades de hidrógeno y metano entre otros productos ocasionando los síntomas digestivos.

Existe una deficiencia primaria de lactasa en los niños pero es excepcional.

En los adultos existe una deficiencia de lactasa porque la actividad enzimática de la lactasa baja, esto está determinado genéticamente y se puede iniciar ya en la infancia alrededor de los 3 años. De hecho, entre 20- 40 % de los adultos tendrá una intolerancia a la lactosa y alrededor del 13 % de los niños de 10 años también.

En los niños es más frecuente la intolerancia secundaria a la lactosa tras una infección como las gastroenteritis víricas que producen una disminución de los niveles de lactasa en el borde en cepillo de las células intestinales, pero esta intolerancia suele ser transitoria.

También puede haber otras causas digestivas de intolerancia secundaria a la lactosa como la enfermedad celíaca, la enfermedad inflamatoria intestinal, la fibrosis quística, el sobrecrecimiento bacteriano, la giardiasis o el síndrome de intestino corto.

¿Qué síntomas tiene la intolerancia a la lactosa?

La intolerancia a la lactosa suele dar síntomas de flatulencia, dolor abdominal, vómitos, diarrea y distensión abdominal.

La intensidad de estos síntomas es distinta de unas personas a otras, existe lo que se conoce como “umbral de tolerancia”. De hecho, a veces los intolerantes a la lactosa no toleran bien la leche, pero sí los lácteos fermentados que llevan una menor cantidad de lactosa. Para las intolerancias a la lactosa existen las leches sin lactosa.

¿Por qué es importante una nutrición adecuada y variada desde el principio?

Durante los primeros años de vida es donde se sentarán las bases de la alimentación para un futuro, los niños aprenderán a comer y así lo harán durante toda su vida, por ello es importante que la alimentación sea variada y los lácteos forman una parte muy importante de esa alimentación.